Quienes asisten a los conciertos de Ajeet pueden esperar momentos de calma envolvente, una experiencia donde la música se convierte en un ritual de conexión, y paisajes sonoros que oscilan entre la celebración y la liberación. El público suele sentirse como un solo cuerpo que se mueve y respira con la música, viajando a través de espacios meditativos y dimensiones internas, hasta elevarse en la danza y el ritmo. La experiencia de Ajeet y su banda es profunda y llena de matices, desplegándose como un sueño o una ceremonia. La intención de su música es la sanación y la conexión; más que un espectáculo, es una vivencia colectiva y entrelazada.
La banda fusiona elementos de percusión latina y africana con Raffa Martinez, nacido en España, e influencias instrumentales de Irlanda. Aisling Urwin, originaria de Co. Kerry, Irlanda, transporta al público a otros mundos con su arpa irlandesa, mientras que Ajeet teje su paisaje sonoro con percusión profunda y rica en su Bodhrán, y sutiles melodías etéreas con su low whistle. Su amor por las tradiciones folk la ha llevado a estudiar canto e instrumentos tradicionales en India, Centro y Sudamérica, así como en su tierra natal, Irlanda. Estas raíces musicales se entrelazan con su singular delicadeza, ofreciendo un sueño musical inesperado y envolvente para el oyente.
Una velada en la que la música disuelve fronteras, en la que las voces se entrelazan como antiguos ríos y en la que el sonido se convierte en santuario.
Acompañado por un colectivo de músicos de talla mundial, Ajeet aporta un sonido moldeado por la colaboración, tejiendo texturas sónicas que resuenan mucho después de que se apague la última nota. Su voz sigue creando puentes entre culturas, entre lo que se ve y lo que no se ve, entre unos y otros.
Reunámonos en El Cantoral, no sólo para escuchar, sino para sentir, más profundamente, más abiertamente, más tiernamente.